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Inmigrantes cuentan sobre la vida en Nueva York:  “Mucho más difícil de lo que pensé que iba a ser”

Un refugio temporal en Floyd Bennett Field se ha convertido en un símbolo que polariza a neoyorkinos, entre los que se oponen a entregar refugio y aquellos que quieren ayudar a los inmigrantes.

Luis Lopez and Margarita Diaz, from Ecuador, left Floyd Bennett Field on Monday with their children after they reached their 60-day limit, and headed to the Roosevelt Hotel to reapply for shelter. Photo: Giulia McDonnell Nieto del Rio for Documented

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El aeródromo naval Floyd Bennett Field está siendo usado como un albergue para inmigrantes, la mayoría latinoamericanos, y se ha convertido en un símbolo polarizante para los neoyorquinos que se oponen a su uso  En foros en línea usuarios comentan por horas contra los residentes del refugio, culpándolos por el aumento en la delincuencia en la zona y por un incremento de personas pidiendo limosna.

En entrevistas realizadas cerca del recinto, los migrantes dijeron que han buscado trabajo en la zona, pero que la instalación está tan aislada del resto de la ciudad que es difícil encontrar empleos y ser completamente autosuficientes.

La instalación está a varios kilómetros de la parada de metro más cercana. Los padres de familia contaron que les toma horas llevar a sus niños de ida y vuelta a la escuela. Sobre las instalaciones, algunos migrantes duermen con su ropa de invierno puesta para protegerse del frío debido a la falta de calefacción.

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“Nos trajeron aquí porque no había otro sitio. ¿Qué íbamos a hacer?” dijo Carmen, una migrante de Venezuela que solo dio su segundo nombre y vive en Floyd Bennett Field con otros tres miembros de su familia. “Era esto o quedarnos en la calle con este frío”.

La ciudad ha enfrentado la resistencia de residentes, defensores de inmigrantes y políticos de todos los lados del espectro político por establecer un refugio para migrantes en Floyd Bennett Field. Algunos residentes locales se han quejado en  grupos de Reddit y Facebook sobre los migrantes que viven ahí. El año pasado, legisladores presentaron una demanda en la Corte Suprema Estatal para detener la apertura del refugio, mientras que ya se registraron protestas cerca del sitio varias veces desde que la ciudad anunció su apertura.

Actualmente, el municipio tiene un acuerdo de arriendo con el gobierno federal para albergar a migrantes en el recinto militar.

Guscary García, de Venezuela, y sus tres hijos esperan el autobús junto con otros residentes del refugio fuera de Floyd Bennett Field. Foto: Giulia McDonnell Nieto del Río para Documented.

La base aérea ahora alberga a casi 2,000 migrantes, todos familias con hijos. El sitio se ha convertido en un punto focal de la crisis humanitaria de los migrantes, con algunos residentes quejándose de que los migrantes estarían pidiendo dinero y alimentos. 

Por su parte, grupos defensores de inmigrantes calificaron el sitio como inseguro, especialmente para niños, mujeres embarazadas o personas con discapacidades

“Estas no son las mejores condiciones, pero estamos manejando una crisis”, dijo el alcalde Eric Adams en un video de noviembre publicado en X, hablando desde el refugio de Floyd Bennett Field. “No podemos decirlo de mejor manera: necesitamos ayuda”. La instalación está compuesta por varias tiendas de campaña, que consisten en cientos de habitaciones improvisadas tipo compartimento con literas.

Hace 3 semanas, el albuergue llamó la atención nacional cuando fuertes lluvias y vientos fuertes hicieron evacuar las instalaciones y trasladar a los migrantes a un gimnasio escolar, debido a preocupaciones sobre la estructura de la base militar. Aunque los migrantes regresaron en autobuses al día siguiente, , la escuela tuvo que cerrar para los estudiantes. 

Esto hizo que, a su vez, los residentes cerca de la escuela protestaran por el cierre temporal de las clases presenciales, e incluso se registró una amenaza de bomba en la escuela al día siguiente. Algunos migrantes dijeron que la experiencia los hizo temer por sus condiciones de vida.

Luego de este incidente, aparecieron políticos de todos lados del espectro político, tanto a nivel federal como estatal para pedir el cierre del recinto militar como albergue de inmigrantes. 

Los solicitantes de asilo dijeron a Documented que a veces buscaban empleo en el shopping center más cercano, pero sin éxito. Cuando Documented visitó el área el lunes, no se registraron migrantes pidiendo ayuda financiera en los vecindarios cercanos.

Muchos de los inmigrantes que residen en el albergue dijeron que necesitan ayuda de vivienda sólo hasta que puedan reunir suficiente dinero para pagar un alquiler independiente. Todos tenían hijos, desde bebés en cochecitos hasta adolescentes que asistían a escuelas secundarias de Brooklyn. 

Luis López y Margarita Díaz, de Ecuador, dejaron Floyd Bennett Field el lunes con sus hijos después de alcanzar su límite de 60 días. Foto: Giulia McDonnell Nieto del Río para Documented.

“Estoy muy agradecido”, dijo Luis López, de 41 años, un padre de Riobamba, Ecuador, cuya familia fue desalojada de Floyd Bennett y se dirigía a un autobús con su esposa, hijos y todas sus pertenencias el lunes. Contó que su objetivo fue independizarse en 60 días, pero que no pudieron encontrar un apartamento a tiempo. “El estado, el gobierno, nos hicieron un gran favor y nos proporcionaron todo lo necesario”, dijo López. “Fueron personas con grandes corazones”.

Aunque muchos migrantes estaban agradecidos por tener un lugar para dormir, dijeron que la falta de infraestructura en medio de las bajas temperaturas y el viento se sentía inestable. 

“Tengo que vestir impermeables, porque a veces no encienden la calefacción”, dijo Carmen, de Venezuela. “Vestirte con una chaqueta, con un sombrero y todo dentro del albergue”.

Para ducharse e ir al baño, las familias tienen que salir a los remolques que están fuera de donde duermen. A menudo están sucios, dijo Luisa Ramos, una madre migrante de Colombia que ha vivido en el refugio con su esposo, Alex Villalobos, y su hijo de 10 años, durante 20 días. Estos padres de familia dijeron que no querían ser una carga para el gobierno, por lo que a menudo estaban buscando trabajo en los alrededores del albergue.  Agregaron que están  agradecidos por la ayuda que les había brindado el gobierno, pero reconocieron que la vida en el refugio en Floyd Bennett Field no era lo que esperaban. “Definitivamente es diferente. Teníamos otra perspectiva”, dijo Villalobos, el esposo. Ramos agregó: “Es mucho más difícil de lo que pensé que iba a ser”.

El municipio de Nueva York instauró una regla que los inmigrantes no pueden pasar más de 60 días en el albergue. Una vez terminado el plazo, deben volver al centro de procesamiento de inmigrantes para ver si hay plazas en alguno de los otros albergues de la ciudad. Si no hay, quedan a su suerte..

Margarita Díaz, también ecuatoriana y esposa de Luis López, se mostró preocupada por el futuro para su familia, compuesta por su hija de 11 años y su hijo de 16. “Estamos tirados para allá, tirados para acá”, dijo Díaz, de 39 años. “Es difícil. No es como estar en un solo lugar. Y ahora nos vamos otra vez, con nuestras cosas. Muy duro”.

La ubicación del sitio ha dificultado el movimiento de los residentes del albergue. Guscary García, que vive en el refugio con sus tres hijos, de 12, 10 y 8 años, tiene que levantarse todas las mañanas a las 5 a.m. para llevar a sus hijos por más de una hora a la escuela, ubicada en Coney Island. 

Su esposo solía vivir en el refugio con la familia, pero no pudo conseguir empleo en la ciudad de Nueva York. Entonces se fue a Miami, donde una amiga de la familia le ofreció un trabajo. Por el momento, mientras su esposo se establece en Florida,  García se quedó sola con sus hijos en el albergue.. “En realidad, al menos tenemos un techo sobre nuestras cabezas”, dijo. “Son oportunidades que no puedes desperdiciar”.

También lee: Desalojo de refugios en Nueva York pone a migrantes en riesgo ante el frío extremo

Giulia McDonnell Nieto del Rio

Giulia McDonnell Nieto del Rio is a Report for America Corps Member who covers immigration for Documented, where she focuses on immigration courts and detention.

Rommel H. Ojeda

Rommel is a bilingual journalist and filmmaker based in NYC. He is the community correspondent for Documented. His work focuses on immigration, and issues affecting the Latinx communities in New York.

@cestrommel

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