Brian Aguilar Avila, 27, Administrador del Laboratorio de neuroingeniería en City College y Dreamer desde hace una década, dice que otra vez siente incertidumbre al saber que el futuro del programa Acción Diferida (DACA, por sus siglas en Inglés) está en las manos de la decisión que tome la corte en julio. Aguilar, de origen argentino, ha vivido en Estados Unidos desde que tenía dos años. Recuerda con claridad el 7 de septiembre de 2017, el día en el que se enteró de que el Fiscal General Jeff Sessions rescindió DACA. Iba saliendo de una cita con su dentista cuando recibió la notificación: el programa que le brindó oportunidades como un permiso de trabajo, un número de seguro social, y la habilidad de viajar fuera del país estaba en riesgo. Ahora puede ocurrir lo mismo.
En una encuesta de Documented, conversamos con más de 100 Dreamers (el título otorgado a los beneficiarios del programa) que, como Aguilar Avila, dicen que viven en un limbo debido a la fragilidad del programa. Un 93.26% de las 89 personas que respondieron, todos con DACA,DACA dijeron que su salud mental ha sufrido debido al programa. Un 33% reportó haber tomado sesiones de terapia. Varios dijeron que los efectos y la ansiedad de no tener un estatus legal permanente también ha afectado a sus familias.
“Es como si pendiéramos de un hilo”, lamenta Aguilar.
DACA fue anunciado por el presidente Obama el 15 de junio del 2012 e implementado por orden ejecutiva el siguiente mes. El programa fue creado con intención de proteger de deportación a jóvenes indocumentados que fueron traídos al país cuando eran niños. Hasta la fecha, más de 690,000 jóvenes se han visto beneficiados.
Aguilar Avila, quien asistió la secundaria en Yonkers, donde todavía vive. Fue el valedictorian de su clase de graduación en el 2013. Al graduarse, aplicó a las universidades de CUNY, CUNY, e instituciones privadas, pero debido a que su estatus de DACA, que en aquel tiempo se consideraba como un estudiante extranjero, el costo de las matrículas le impidió inscribirse a varias universidades que le aceptaron. Eso no lo detuvo: obtuvo su B.E. en Ingeniería Biomédica de City College en 2017, se graduó con un MSEd en Administración de Educación Superior en 2021 y ahora está cursando un doctorado en Educación Urbana del Centro de Graduados de CUNY.
“Yo soy un Americano”, Aguilar Avila dice. “Sé que mi ancestría es de Argentina, pero no conozco nada sobre mi país natal. Yo sé todo sobre los Estados Unidos, y aprendí sobre la historia de aquí. No es justo que vaya a cumplir 30 años sin tener un estatus migratorio legal. Los Estados Unidos no me aceptan. ¿Entonces a dónde pertenezco?”, agrego.
“Tener que siempre renovar DACA está en mi mente… pero no sé qué va a pasar en los próximos meses”, dice.
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Un estudio publicado en the Lancet Public Health en abril de 2017 demostró que después de que DACA se implementó, el estrés psicológico bajó más del 40% en un grupo de 3972 de Dreamers. Cuando el programa fue terminado por la administración de Trump, otro estudio dijo que estrés en la población de DACA incremento, y que “el 40.7% cumplió con el límite clínico de angustia del PTE indicativo de trastorno de estrés postraumático”, como resultado de la incertidumbre sobre el futuro del programa.
La incertidumbre no solo afecta la salud mental de los beneficiarios, sino también la dinámica de sus familias, dice Eva Santos Veloz, 32, organizadora con United We Dream. Desde 2014, ella también es una Dreamer.
Santos Veloz ha vivido en el Bronx desde que llegó a Nueva York desde República Dominicana. Antes vivía con sus hijos en un refugio, pero DACA, al otorgarle la posibilidad de trabajar legalmente, le ayudó a levantarse financieramente. Pero agrega que el período de renovar el permiso cada dos años, que puede demorar hasta 5 meses, le ha afectado mucho, y que ha perdido su empleo tres veces por retrasos con la agencia de USCIS.
“El banco te notifica 180, 100, y 50 días antes de que expire tu permiso de trabajo. Es mucha presión para la salud mental de cualquiera. ¿Imagínate ir a tu trabajo y tener un reloj en tu futuro?” explica. Según ella, USCIS se demoró 8 meses en renovar su permiso de trabajo. En ese tiempo, perdió su posición de banquera de relaciones, su primer trabajo legal.
“Era muy triste explicar a mis hijos, porque no hay nada que uno pueda hacer” agrega, después de que sus ahorros terminaron mientras esperaba su permiso de trabajo. “Cada dos años tienes que demostrar por qué te mereces estar aquí”.
Cuando el abuelo de sus niños, de 5, 11, y 13 años, falleció durante un viaje a la República Dominicana, sus hijos le pidieron ir a visitarlo al país. Debido a que su estatus no le permite salir y entrar al país fácilmente, ella no pudo viajar sin aplicar por Advance Parole (AP)– el documento de viaje que se necesita de antemano.
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“Les afectó mucho porque no pudieron entender el porqué no pudieron ir a despedirse de su abuelo. Y sé que hay muchos otros niños afectados por las mismas experiencias. No es solo mi historia, sino una de las millones de historias que existen”, Santos Veloz exclamó, agregando que su familia, quienes son residentes o ciudadanos, han ajustado sus vidas como si ellos también fueran recipientes de DACA. Varias veces han omitido viajar fuera del país por no excluir a Santos Veloz. “Me siento muy culpable”.
No pueden regresar al país sin tener Advance Parole
El programa de DACA permite que los Dreamers viajen fuera del país bajo las razones humanitarias, educativas o relacionadas con el trabajo con libertad condicional anticipada (Advance Parole). Aguilar Avila aplicó para viajar a Argentina cuando su abuela falleció, después de no haberla visto por más de dos décadas.
“Tenía algo de nostalgia de las cosas que recordaba… y estaba emocionado pero triste, muy triste, porque no quería ir allá en esas circunstancias. Mi abuela quería verme cuando estaba en el hospital… Y me dolió”, dijo. Cuenta que su abuela había llorado por teléfono cuando habló con él, días antes de fallecer.
También dijo que los agentes en el edificio de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración en Federal Plaza le hicieron sentir como un “prisionero”, y que le negaron su permiso de viajar la primera vez que lo solicitó debido a que no tenía su pasaporte original.
La abogada de inmigracion y derechos humanos, Jessica Smith Bobadilla, dice que el proceso para el permiso de AP puede ser muy difícil. Ella, quien tiene más de dos décadas de experiencia y representó a Luis Miguel Grijalva Morales, un Dreamer de Guatemala que participó en las olimpiadas de Tokyo el año pasado, recuerda que tuvieron muy poco de tiempo para el procesamiento debido a las reglas de las olimpiadas. Ella estuvo “pegada” al teléfono para asegurarse de no perder una llamada de los agentes de USCIS.
“Durante el proceso, tuvimos que pasar por extremos que serían imposibles para los beneficiarios de DACA que no están representados o, incluso si estuvieran representados”, la abogada dijo.
“Una de las cosas que recomiendo fue que la administración considere si los titulares de DACA, durante el proceso de renovación, pueden justificar las razones para viajar bajo el esquema [de Advance Parole], que esté disponible una opción de viaje con ciertas condiciones adjuntas…. Y también que el solicitante aún tendría que cumplir con los criterios si un oficial de CBP le pregunta cuál ha sido la naturaleza de su viaje”, Smith Bobadilla dijo.
Allan Wernick, abogado director de CUNY Citizenship Now, una iniciativa que ha ayudado a más de 2000 dreamers con solicitudes y renovaciones en Nueva York, dijo que “el programa podría haberse estructurado para que Advance Parole fuera automático en lugar de discrecional”, y que “podría hacerse mediante una acción administrativa”. Wernick también dice que Advance Parole es una rutina en un programa como TPS, pero no en DACA.
Con respecto a la audiencia judicial que tendrá lugar el 6 de julio, Wernick dice que la única forma de proteger DACA sería a través de la legislación.
“Todavía estoy molesto porque [DACA] pende de un hilo. Siempre dicen que [los políticos] tienen un plan, que el congreso tiene un plan y que Trump tenía un plan, pero siempre no pasan nada. No hay nadie a quien le importe [DACA]… Quiero que la gente sepa que estoy en esta situación y estoy estancado”, Aguilar Ávila dijo.
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