Como Documented reportó en el pasado, el acceso a servicios de salud mental puede ser difícil para los inmigrantes debido a estigmas y otras circunstancias más urgentes, como buscar empleo y vivienda. También hemos informado sobre las formas intuitivas en que las comunidades inmigrantes se han unido para abordar la salud mental: una de las historias que escribimos, por ejemplo, destacó cómo un grupo de madres utilizó el arte del bordado para crear un espacio seguro donde las madres podían compartir las experiencias que afectan su salud mental.
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Para el Mes de la Salud Mental, Documented preguntó a los miembros de nuestro boletín en español, Documented Semanal, cómo manejaban la salud mental. Esto es lo que dijeron:
Kat B., una inmigrante de Italia que vive en Paterson, Nueva Jersey:
“Algunas de las cosas que veo en mis conocidos es que dependen emocionalmente de conocidos de su país de origen sin dar el salto para expandir sus horizontes y conocer gente nueva. A veces consumen comentarios sobre experiencias negativas que cierran su voluntad de investigar y explorar.”
Un trabajador de la construcción de Corona, Queens:
Gracias por la pregunta sobre salud mental. La soledad es una mala compañera para un inmigrante, pero es la única compañera que uno tiene cuando alguien emigra buscando prosperar. Se convierte en una adicción… En mi tiempo libre leo libros de mi biblioteca en casa para aprender más sobre la vida. Estoy sano y trabajando en la construcción aquí en Nueva York.
Kender, 21, migrante LGBTQ en la ciudad de Nueva York:
Estoy solo aquí en Nueva York y no tengo un lugar donde quedarme. No he podido solicitar asilo porque no tengo la información correcta. Estuve en Chicago antes y luego vine aquí [a Nueva York] con la idea de trabajar en mi estatus y encontrar empleo. Pero estoy perdido. He buscado vivienda en los refugios pero me dicen que no puedo conseguir una habitación. Estoy mentalmente cansado y realmente necesito ayuda con mi salud mental y chequeos médicos.
Anónimo, Queens:
En mi caso, recibo atención psiquiátrica por mi depresión crónica una vez al mes y psicoterapia dos veces al mes. El lugar operaba entre la 72 St y Roosevelt. Pero, desde la pandemia, la consulta es por teléfono. Últimamente han implementado un sistema de videollamadas, la desventaja de esto es que tengo que estar en un lugar privado para responder la videollamada. Con la llamada telefónica, al menos, podía responder mientras caminaba o en otro lugar público, aunque tengo que apartarme para hacer la conversación más confidencial.
Recursos de salud mental para inmigrantes en Nueva York: