Cuando fue aprobada para recibir la ayuda del Fondo de los Trabajadores Excluidos (EWF por sus siglas en Inglés) Elizabeth, una hondureña de 34 años residente de Queens, dice que se llenó de felicidad. Había sido hospitalizada por Covid en 2020, perdió su trabajo limpiando casas, y se atrasó en la renta, por lo que tuvo que sobrevivir pidiendo dinero prestado a su familia.
Cuando le llegó la tarjeta con 14.820 dólares a principios de noviembre, Elizabeth pagó su deuda familiar, comida, la renta y útiles escolares para sus hijos de 16 y 5 años. Un día, cuando fue al banco en su vecindario de Jamaica a retirar dinero de su cuenta con la tarjeta del EWF, el cajero automático (ATM) le dijo que no tenía fondos suficientes. Llamó al número que aparece en la parte trasera de la tarjeta y la operadora que la atendió le leyó su saldo: $3.200 dólares habían desaparecido de su cuenta.
La hondureña es una de más de 70 personas de las que Documented tiene conocimiento como víctimas de robo de dineros públicos del Excluded Workers Fund. Nueve miembros de nuestra comunidad de WhatsApp, quienes nos mostraron documentos, perdieron un total de $29.437 en transacciones no autorizadas. Algunos beneficiarios reportaron pérdidas de dinero a finales de octubre, meses después de que el Estado de Nueva York empezó a distribuir tarjetas de débito con hasta $14.820 a miles de neoyorkinos.
Estos hechos cuestionan la estrategia del gobierno estatal de distribuir ayuda financiera a través de tarjetas de débito prepagadas, debido a que son altamente vulnerables al robo.
Documented contactó al Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) y a Blackhawk, la compañía contratada por el estado para distribuir las tarjetas.
Y aunque a Elizabeth le reintegraron los fondos luego de hacer la denuncia, Documented puede confirmar que otros inmigrantes no han tenido la misma suerte. Diana tiene 40 años y vive en Corona. También nos contactó por medio de WhatsApp para reportar una pérdida de $1.466 en 3 transacciones. Como Elizabeth, ella retiraba dinero en efectivo regularmente de los cajeros automáticos de su vecindario, hasta la última semana de noviembre, cuando comenzó a tener problemas
“El cajero decía que ya había excedido mi límite, entonces yo esperaba hasta el siguiente día”, indicó Diana.
En la primera semana de diciembre, mientras revisaba el balance de su cuenta, encontró tres retiros desconocidos que habían ocurrido durante los mismos días que ella no había podido retirar. Por eso llamó a Blackhawk y empezó el proceso de disputar tres transacciones por un total de $1466 dólares, ocurridas entre el 23 y el 26 de noviembre en Bronx y Brooklyn. Documented verificó los datos según el reporte que ella envió a Blackhawk.
Robos de tarjetas ha incrementado
El robo de información de tarjetas usualmente ocurre cuando una persona manipula un cajero automático colocando pequeños dispositivos, teclados falsos y/o pequeñas cámaras para robar la información de la tarjeta de alguien, junto con su PIN, explicó Bruce Wayne Renard, director ejecutivo del Consejo Nacional de Cajeros Automáticos.
Los vestíbulos de los bancos que permanecen abiertos durante la noche, como los que habían visitado tanto Elizabeth como Diana, son más propensos a tener estos tipos de robos debido a la falta de seguridad después del cierre de los bancos, dijo Renard. “Hay que mirar con mucha precaución al cajero automático y ver si no hay algo alterado en el terminal, o si no hay algo superpuesto en el teclado”, dijo. También se recomienda cubrir el teclado con una mano cada vez que ingrese su PIN, ya que la mayoría de las veces el PIN puede ser robado por pequeñas cámaras ubicadas alrededor del ATM.
“El robo de tarjetas es catalogado como delito grave de robo de identidad, hurto mayor, y posesión de un instrumento falsificado”, dijo Jeremy Saland, abogado defensor penal y ex fiscal de Manhattan.
Según las estadísticas de la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en Inglés), se ha visto un incremento en el número de reportes relacionados al fraude de tarjetas, con un alza marcada en los tres últimos años. Entre el 2019 y el 2020, la cifra de estimación de dinero perdido por fraude incrementó de $86 a $127 millones, e incrementó nuevamente a $179 en los primeros tres trimestres del año 2021.
El sargento Edward Riley, portavoz del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), dijo a Documented que no tienen la capacidad para cruzar los datos de delitos con los de beneficiarios del EWF. Riley no respondió a las preguntas sobre si la Policía de Nueva York está investigando junto a otras agencias, como el Departamento del Trabajo (DOL por sus siglas en Inglés).
“Es un problema grave. Los trabajadores están siendo defraudados”, dijo Nadia Marin-Molina, quien es co-directora ejecutiva de la Red Nacional de Organización para Jornaleros. Ella asegura haber escuchado por primera vez estas quejas a principios de diciembre.
A finales de ese mismo mes, Blackhawk notificó a todos los que recibieron los fondos sobre un nuevo procedimiento que los protegería de nuevos robos: desde ahora todos deben ir en persona al banco y pasar por un cajero humano.
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Trabajadores excluidos que no reportaron los robos
Según información entregada por Brayan Pagoada, organizador juvenil de Iglesias Unidas por la Vivienda Justa (CUFFH por sus siglas en Inglés), para aquellos que fueron víctimas del robo de información de tarjetas, el Departamento de Trabajo tiene un proceso para hacer la denuncia
Primero, las personas tienen que enviar un formulario de queja en el sitio web del DOL, llamar a Blackhawk para solicitar una nueva tarjeta y un número de caso para disputar las transacciones, llevar los documentos a una notaría, luego a la comisaría correspondiente al lugar donde ocurrieron las transacciones y luego enviar por correo esos documentos a Blackhawk. Todo dentro de diez días desde que empezó la disputa.
Elizabeth llevó a su nuera a la comisaría y al notario para que actuara como traductora mientras se navegaba el proceso. Dijo que le tomó alrededor de 8 días completar los pasos y enviar el formulario con las transacciones.
Pero no todos los que perdieron dinero lo reportaron.
Jaime B., residente de Queens, dijo a Documented que al menos 4 de sus amigos fueron víctimas de robos de tarjetas en el mismo banco de Astoria donde él fue afectado. A principios de diciembre, dice que sus amigos comenzaron a ver retiros en Nueva Jersey, Manhattan y otros distritos.
“Algunos lo reportaron a la policía, y otros no”, dijo.
Ingrid, una ciudadana de Perú de 38 años, quien decidió usar un alias, mostró a Documented la planilla de su cuenta donde varias transacciones no autorizadas le quitaron $6.102 en compras de Michael Kors y Bloomingdales. Como las transacciones ocurrieron online, era más fácil disputar los cargos que las transacciones en ATMs.
Catalina Cruz, asambleísta estatal del distrito 39, que representa a Corona, Elmhurst y Jackson Heights, insta a todos los afectados por robos de tarjetas a presentar un informe y disputar las transacciones. Cruz dijo que su oficina se comunicó con el DOL cuando los electores comenzaron a expresar denuncias
Si bien se desconoce el número real de beneficiarios de EWF que han sido víctimas de robo de tarjetas, hasta la fecha, la oficina de Cruz ha trabajado en colaboración con la policía para presentar al menos 70 denuncias. Múltiples organizaciones comunitarias también han escuchado quejas de algunos de sus miembros.
Nova Rivera, de la coalición Fund Excluded Workers, dijo que era “increíblemente decepcionante” ver que ocurriera esta estafa después de luchar tan duro para que los trabajadores esenciales recibieran su dinero..
Pero Rivera aún considera que el Fondo de Trabajadores Excluidos es un programa exitoso y señaló que la proporción de personas que fueron víctimas es “bastante pequeña” en comparación con la proporción de personas que se han beneficiado del fondo.
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Una segunda pandemia para los trabajadores excluidos
Armando Isidoro, un Mexicano de 52 años que vive en el Bronx desde que llegó en el noventa y tres, contactó a Documented para pedir ayuda.
Entre el 3 y 6 de diciembre, según su formulario de disputa que envió a Blackhawk y que fue revisado por Documented, su cuenta de EWF había perdido $3889 en varias transacciones no autorizadas.
Había postulado al EWF luego de haber sido despedido al tomarse una licencia médica debido a la diabetes en su pie. Los $14.820 que recibió los usó para pagar su renta. Cuando dio cuenta del robo, dice que no podía creer lo que le había pasado a él lo que ya había escuchado de otras personas afectadas.
Presentó el informe policial y el formulario de denuncia ante Blackhawk durante la tercera semana de diciembre. Casi un mes después recibió un mensaje de Blackhawk: “Hemos concluido nuestra investigación en base a los hechos de su caso. Después de revisar el reclamo de disputa del titular de la tarjeta, descubrimos que no se produjo ningún error. Como tal, su caso se considera resuelto y cerrado”.
“Se siente como una segunda pandemia que está afectando a los indocumentados”, concluyó Isidoro.
Ni Blackhawk ni el Departamento de Trabajo confirmaron la existencia de investigaciones abiertas por los masivos robos a inmigrantes.